El desempeño de nuestra gente: aprender, practicar y ser competitivo.

“El éxito no está en vencer siempre, sino, en no desanimarse nunca.”
Napoleón Bonaparte, militar y gobernante francés.

Todos tenemos que cambiar, la vida es un cambio, las organizaciones enfrentan enormes retos, menores costos, precios más competitivos, proyectos nuevos y cancelación de otros. Medita esto, te dice tu administrador, «¡Vamos bien!» y no sé tú, pero para mí, decir vamos bien es uno de los más grandes errores de los empresarios, porque en ese momento entrarás a tu status quo. Pero qué tal si te dicen: «¡No vamos bien!» En ese momento te aseguro que vas actuar.

“Impulso, es la acción de actuar motivado por una emoción, muchas veces sin una razón en particular.”
–Fernando Moreno

Los cambios obedecen más a una reacción emocional que a un estado de consciencia, por ello nuestro interés de motivar un cambio, en ti, en tu gente, en tu organización. Sólo que este cambio lo harás mejor si es a través de las emociones.

Un cambio basado en la emoción es a lo que llamamos impulso.

Una empresa que no piensa en cambiar, es una empresa con una debilidad inconsciente y ese cambio sólo se logra a través del conocimiento. Por ello, la mejora continua se da si las empresas tienen interés en la innovación, dado que esto significa investigar y aplicar nuevas herramientas.

Te damos este ejemplo: Usa tu mente para imaginar el estado ideal de tu organización, imagina específicamente como sería para ti el comportamiento óptimo de tus colaboradores, con esto en tu mente, ahora identifica qué necesitas hacer, cómo lo harías y en ese momento has combinado, información, emoción (la emoción de ver que hay un estado mejor) y lo que obtienes es un impulso, un impulso que haría llegar a ese estado ideal. En este ejemplo tú mismo identificas que el imaginar un cambio por si solo hace más complicadas las cosas, pero si inyectas información y emoción, entonces estarás encima de un auto de carreras viajando a ese estado ideal.

Frecuentemente usamos la frase “Sueño con tener esto o aquello”, la diferencia es que los sueños son sólo eso, sueños. Pero a nivel de cambio, el sueño se ve como “imaginar” y así es como creamos una visión.

La visión es imaginar un estado ideal a partir de un estado real.

En esta visión hay dos puntos, uno estar dispuestos a pagar el precio y dos precisar “qué, cuándo y cómo”, y con esto generamos el impulso emocional de trabajar en los cambios necesarios para lograrlo.

Si hemos conseguido transmitirte esta poderosa relación de información y emoción, también tenemos que hablar de las limitantes que nos atan y nos secuestran ante un reto. Las creencias son la razón de que no haya cambios, te doy una, “Eso ya lo hemos intentado”. Las creencias son distractores y están en nuestro inconsciente, por eso debemos desasociarnos de ellas y convertirlas en “ideas conscientes” interesante ¿no?

Hablemos por ejemplo del dinero, podemos tener la creencia que el dinero crea las ideas, ¿esto es absolutamente cierto?

Lo que generan las buenas ideas es éxito y el éxito es sinónimo de talento, si hablamos de éxito sostenido, entonces hablamos de ¡Mejora Continua!

Hay una forma de describir cómo podemos aplicar una fórmula para que nuestros colaboradores mejoren su desempeño: aprender y practicar, estas dos actividades hacen que una persona sea más competitiva y si cerramos el círculo, veremos que si generamos ideas en un estado de consciencia; es decir nos visualizamos en una visión objetiva, y con ello identificamos la información que nos hace falta, creamos un ambiente de emociones positivas, entonces estaríamos creando un gran impulso y con este impulso lograríamos que un grupo de colaboradores se desempeñen aprendiendo y practicando; lo que tendríamos como resultado sería una organización altamente competitiva y resolviendo cualquier obstáculo en busca de esa visión, de tu visión.

“La mejor forma de predecir el futuro es creándolo”.
– Peter Drucker, abogado, consultor, profesor, tratadista y considerado uno de los mayores filósofos de la administración.

Los cambios no son algo que sepamos enfrentar y por ello los debemos tener en el plano de consciencia. Si hablamos de cambio es llevar a la consciencia a un estado ideal, desde la consciencia de un estado real. Finalmente, los cambios requieren tiempo, dinero y atención.

El éxito empresarial es parte de una consecuencia, de una mejora en el plano consciente de una empresa, acompañado del soporte técnico, no al revés.
Si sumas cambios emocionales, eficientes, proactivos y motivados, entonces obtendrás: ¡PENSAMIENTO DE CAMBIO!

Y tú ¿piensas en cambio?, ¿te dominan las creencias?

Vive y da poder a las ideas conscientes, vive y da poder al cambio para la mejora de tu gente. Un agente de cambio es una línea recta a lograr tu visión empresarial.